lunes, 9 de febrero de 2009

Vídeo - Dead Point



Instrucciones simples para un asesinato. ACTO I: Disponer los ejes que vertebraran el suceso. La verticalidad es sinónimo de fugacidad orgánica. Una diagonal conduce al punto de no retorno. Para incapacitar la pulsión protectora del sujeto-víctima, ilustrar un semicírculo. Se compone el mapa del destino. Estos son los límites en los que se vierte la sangre y acontece el grito póstumo. Su orientación se calculara métricamente, pues de ella depende el resultado del tercer acto. ACTO II: Incorporar al ejecutor del crimen. Su entrada debe ser manifiesta, ya que a él corresponde la consumación del brutal ataque. Se debe asociar al asesino con un determinado punto del espectro cromático. Atiendo a la causa que acomete dicho personaje, se resuelve por unanimidad asignar el color negro. Hecho esto, colocar al verdugo de tal modo que el damnificado no se percate, en ningún momento, de su presencia. ACTO III: Conducir a la víctima a su muerte. Este desplazamiento contribuye a la tensión dramática, puesto que se realiza escalonadamente y de un modo irreversible. Al término del mismo, el sujeto B resulta fatalmente herido. Señalaremos la identidad del individuo empleando preferentemente el color rojo. Con la desaparición del participante número 2, habrá usted llegado al final del crimen. Recomendaciones: Utilice una sinfonía ascendente. Podrá enfatizar la resolución de la escena descrita. DEAD POINT.

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